Conkal, Yucatán. — La inconformidad y el enojo se apoderaron este lunes de cientos de alumnos del Instituto Tecnológico de Conkal, luego de que fueran excluidos del programa federal “Jóvenes Escribiendo el Futuro”, pese a que dicho apoyo ha sido promovido como un beneficio universal para estudiantes de educación superior.
Durante un evento de entrega de tarjetas realizado en el municipio de Conkal, los estudiantes se llevaron una desagradable sorpresa: sus nombres no aparecían en la lista de beneficiarios. Al recibir la notificación, decenas de jóvenes optaron por retirarse del acto en señal de protesta.
De acuerdo con lo informado a los alumnos, el Tecnológico de Conkal no fue considerado como escuela prioritaria y, además, el acceso al programa se definió mediante un “sorteo”, argumento que generó mayor indignación entre la comunidad estudiantil.
“Nos dijeron que la beca es para todos, pero ahora resulta que es por sorteo y que no salimos”, reclamaron estudiantes, quienes señalaron la contradicción entre el discurso oficial y la realidad que hoy enfrentan.
Los universitarios también compararon su situación con otras instituciones del estado, destacando que el Gobernador Joaquín Díaz Mena ya ha impulsado apoyos para estudiantes de universidades como la UADY, mientras que —aseguran— el Gobierno Federal no está tomando en cuenta al Tecnológico de Conkal, a pesar de atender a jóvenes de escasos recursos de Conkal y municipios cercanos.
“Como alumnos de nuevo ingreso no tenemos ningún apoyo. Esta decisión nos deja en total desventaja. Ojalá el Gobernador pueda intervenir y ayudarnos”, expresaron.
Por su parte, Servidores de la Nación y empleados federales presentes en el evento reconocieron que desconocen el criterio de selección, señalando que los listados llegan directamente desde oficinas centrales en la Ciudad de México, sin posibilidad de aclaración o modificación a nivel local.
Mientras tanto, cientos de jóvenes universitarios de Conkal y comunidades aledañas se quedaron sin beca, no por falta de necesidad, sino porque “no salieron sorteados”, en un programa que prometía ser un apoyo para garantizar la permanencia escolar.
La exclusión ha encendido el debate sobre la transparencia, equidad y congruencia de los programas sociales dirigidos a la juventud, dejando a estudiantes con una pregunta clave:
¿La educación es un derecho o una cuestión de suerte?
